Como
toda materia prima el oro esta sujeto a la demanda del mercado y a los
movimientos de la economía. Al ser considerado uno de
los refugios financieros por excelencia, en términos simplistas, el oro tiende a subir de
precio en épocas de crisis y bajar cuando las cosas marchan mejor.
Pero
más allá de meternos a explicar a detalle las subidas y bajadas del precio del
oro, lo que aquí trataremos de explicar es en qué nos conviene más invertir, ya
que de acuerdo con los expertos, una buena estrategia, en términos generales,
puede ser tener al menos 5% de nuestro patrimonio colocado en commodities, como el oro.
Comprar joyas quizá es la forma más común y menos complicada de invertir en oro. No solo por el valor añadido de
diseño que tienen, sino porque además se pueden lucir. Además, en caso de
necesitar efectivo, son la forma más sencilla de vender o empeñar para salir de
apuros. Aunque, claro, tampoco están creadas para eso ni mucho menos es lo
ideal para conseguir un crédito, pero no podemos negar que existe un mercado
para cada circunstancia.
La forma de conservarlas es un poco más complicada, sobre todo si se
usan, pues para que no pierdan valor, deben mantenerse limpias y sin ralladuras
o composturas. Igual vale decir que es importante la seguridad. Tener una caja fuerte en casa no está demás para estos fines.
Cuando se vayan a comprar o vender es importante acudir a una tienda
especializada y reconocida para evitar fraudes, o que adquiramos algo que no
tiene la cantidad de oro que promete. Asimismo, si es posible obtener una garantía de autenticidad será mucho mejor, sobre todo cuando se
quieran poner a disposición de un mercado secundario, quizá a través de
subastas, por ejemplo. De esa forma es más fácil certificar su valor.
Recuerda que el oro en joyas se mide en quilates. Si una posee 24 quiere
decir que es de oro puro, pero si es de 14 quilates contiene solo 58.3% del
metal precioso.
Más allá de la numismática, existe un mercado
formal de monedas de inversión. Se trata de piezas que cumplen con las
siguientes características:
• Tienen un grado de pureza (proporción de oro) igual o superior a 900
milésimas
• Fueron acuñadas después del año 1800
• Tienen o tuvieron un curso legal en su país de origen
• Su precio de venta no supera 80% del valor del oro que contienen
• Fueron acuñadas después del año 1800
• Tienen o tuvieron un curso legal en su país de origen
• Su precio de venta no supera 80% del valor del oro que contienen
Ese 80% que se menciona equivale a la prima que este tipo de monedas
tienen; es decir, se trata de un efecto palanca que multiplica la inversión en
oro a largo plazo, y es importante comprar monedas cuyo potencial de subida
sobre la prima sea elevado para comprarlas en el momento en la que ésta sea más
baja.
Algunas de las monedas que a nivel internacional cumplen con estos
requisitos mencionados son los 50 pesos mexicanos conocidos como Centenario que tienen 37.5 gramos de oro puro; la Krugerrand acuñada en el sur de África que debido al cobre que contienen
suelen ser rojizas (también recordemos que existe el “oro blanco” cuando este se mezcla con plata); los 20 francos oro conocidos como Napoleón famosos en
Francia; el soberano británico que pesa 7.988 gramos y su pureza es de 916.67
de oro; los 20 francos suizos llamados Vreneli; las 25 pesetas de Alfonso XII; los 20
dólares Liberty de Saint-Gaudens que se empezaron acuñar en 1986
en Estados Unidos; la Panda china; y la Vera Valor acuñada en Suiza que permite cierta personalización con las
iniciales del poseedor de las mismas.
Estas monedas se pueden adquirir en bancos, pero honestamente no es lo
más común, por lo que no será de sorprenderse que si uno acude a uno no las
tengan en existencia y probablemente no sepan ni de qué les hablamos. Lo mejor
en estos casos es acudir a casas de
moneda especializadas o ciertas plataformas en internet que permiten la
compra en el extranjero, e incluso incluyen su resguardo en cajas de seguridad
en países como Francia o Suiza.
Este último punto es importante, porque una de las desventajas de
invertir en monedas de inversión es su almacenaje, pues tenerlas en casa puede
ponernos en riesgo de ser asaltados. Actualmente, cada vez son menos los bancos
que ofrecen el servicio de cajas de seguridad, por lo que la única opción que
nos deja es invertir en una propia, pero también puede ser costoso.
Aunque parece de película, esta es otra posibilidad y muy real. Se puede
comprar oro en barras o lingotes de 1
o 10 oz, 1 kilo o hasta los conocidos como estándar de aproximadamente 400 onzas troy de oro.
La unidad de medida más utilizada para pesar este metal precioso no es
el gramo, sino la onza “troy”, unidad de masa que equivale a 31.1 gramos que no
debe ser confundida con la onza común de 28.3 gramos.
Esta medida establecida internacionalmente también sirve para poder
cotizar el oro en cualquier parte del mundo con los mismos parámetros. Por eso,
el precio que vemos en las diferentes gráficas generalmente se refiere al de la
onza troy.
La forma de adquirir lingotes y los problemas que representa su
almacenaje son similares a los de las monedas de inversión.
Esta es otra forma indirecta de invertir en oro, pero es importante
tener claro que el precio de las acciones de estas compañías no necesariamente
persiguen los movimientos de precios de los metales que producen, sino que
están sujetas a otras variables económicas con las que se valúan las empresas
que cotizan en Bolsa.
Esta forma de invertir puede ser la menos glamorosa y también la que
requiere de máscultura financiera, pero también puede
ser más estable y productiva si se piensa en el largo plazo.
Para poder invertir en empresas mineras es necesario abrir un contrato
de intermediación con alguna casa de Bolsa, y lo más recomendable no es hacerlo
en una sola en compañía minera, sino en varias que permitan estar más
diversificado. Lo recomendable es armar un portafolio de la mano de un asesor de inversión que conozca este ramo industrial y le dé un seguimiento puntual.
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