domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Invertirías en oro?



Como toda materia prima el oro esta sujeto a la demanda del mercado y a los movimientos de la economía. Al ser considerado uno de los refugios financieros por excelencia, en términos simplistas, el oro tiende a subir de precio en épocas de crisis y bajar cuando las cosas marchan mejor.

Pero más allá de meternos a explicar a detalle las subidas y bajadas del precio del oro, lo que aquí trataremos de explicar es en qué nos conviene más invertir, ya que de acuerdo con los expertos, una buena estrategia, en términos generales, puede ser tener al menos 5% de nuestro patrimonio colocado en commodities, como el oro.

Comprar joyas quizá es la forma más común y menos complicada de invertir en oro. No solo por el valor añadido de diseño que tienen, sino porque además se pueden lucir. Además, en caso de necesitar efectivo, son la forma más sencilla de vender o empeñar para salir de apuros. Aunque, claro, tampoco están creadas para eso ni mucho menos es lo ideal para conseguir un crédito, pero no podemos negar que existe un mercado para cada circunstancia.
La forma de conservarlas es un poco más complicada, sobre todo si se usan, pues para que no pierdan valor, deben mantenerse limpias y sin ralladuras o composturas. Igual vale decir que es importante la seguridad. Tener una caja fuerte en casa no está demás para estos fines.
Cuando se vayan a comprar o vender es importante acudir a una tienda especializada y reconocida para evitar fraudes, o que adquiramos algo que no tiene la cantidad de oro que promete. Asimismo, si es posible obtener una garantía de autenticidad será mucho mejor, sobre todo cuando se quieran poner a disposición de un mercado secundario, quizá a través de subastas, por ejemplo. De esa forma es más fácil certificar su valor.
Recuerda que el oro en joyas se mide en quilates. Si una posee 24 quiere decir que es de oro puro, pero si es de 14 quilates contiene solo 58.3% del metal precioso.
Más allá de la numismática, existe un mercado formal de monedas de inversión. Se trata de piezas que cumplen con las siguientes características:
• Tienen un grado de pureza (proporción de oro) igual o superior a 900 milésimas
• Fueron acuñadas después del año 1800
• Tienen o tuvieron un curso legal en su país de origen
• Su precio de venta no supera 80% del valor del oro que contienen
Ese 80% que se menciona equivale a la prima que este tipo de monedas tienen; es decir, se trata de un efecto palanca que multiplica la inversión en oro a largo plazo, y es importante comprar monedas cuyo potencial de subida sobre la prima sea elevado para comprarlas en el momento en la que ésta sea más baja.
Algunas de las monedas que a nivel internacional cumplen con estos requisitos mencionados son los 50 pesos mexicanos conocidos como Centenario que tienen 37.5 gramos de oro puro; la Krugerrand acuñada en el sur de África que debido al cobre que contienen suelen ser rojizas (también recordemos que existe el “oro blanco” cuando este se mezcla con plata); los 20 francos oro conocidos como Napoleón famosos en Francia; el soberano británico que pesa 7.988 gramos y su pureza es de 916.67 de oro; los 20 francos suizos llamados Vreneli; las 25 pesetas de Alfonso XII; los 20 dólares Liberty de Saint-Gaudens que se empezaron acuñar en 1986 en Estados Unidos; la Panda china; y la Vera Valor acuñada en Suiza que permite cierta personalización con las iniciales del poseedor de las mismas.
Estas monedas se pueden adquirir en bancos, pero honestamente no es lo más común, por lo que no será de sorprenderse que si uno acude a uno no las tengan en existencia y probablemente no sepan ni de qué les hablamos. Lo mejor en estos casos es acudir a casas de moneda especializadas o ciertas plataformas en internet que permiten la compra en el extranjero, e incluso incluyen su resguardo en cajas de seguridad en países como Francia o Suiza.
Este último punto es importante, porque una de las desventajas de invertir en monedas de inversión es su almacenaje, pues tenerlas en casa puede ponernos en riesgo de ser asaltados. Actualmente, cada vez son menos los bancos que ofrecen el servicio de cajas de seguridad, por lo que la única opción que nos deja es invertir en una propia, pero también puede ser costoso.
Aunque parece de película, esta es otra posibilidad y muy real. Se puede comprar oro en barras o lingotes de 1 o 10 oz, 1 kilo o hasta los conocidos como estándar de aproximadamente 400 onzas troy de oro.
La unidad de medida más utilizada para pesar este metal precioso no es el gramo, sino la onza “troy”, unidad de masa que equivale a 31.1 gramos que no debe ser confundida con la onza común de 28.3 gramos.
Esta medida establecida internacionalmente también sirve para poder cotizar el oro en cualquier parte del mundo con los mismos parámetros. Por eso, el precio que vemos en las diferentes gráficas generalmente se refiere al de la onza troy.
La forma de adquirir lingotes y los problemas que representa su almacenaje son similares a los de las monedas de inversión.
Esta es otra forma indirecta de invertir en oro, pero es importante tener claro que el precio de las acciones de estas compañías no necesariamente persiguen los movimientos de precios de los metales que producen, sino que están sujetas a otras variables económicas con las que se valúan las empresas que cotizan en Bolsa.
Esta forma de invertir puede ser la menos glamorosa y también la que requiere de máscultura financiera, pero también puede ser más estable y productiva si se piensa en el largo plazo.

Para poder invertir en empresas mineras es necesario abrir un contrato de intermediación con alguna casa de Bolsa, y lo más recomendable no es hacerlo en una sola en compañía minera, sino en varias que permitan estar más diversificado. Lo recomendable es armar un portafolio de la mano de un asesor de inversión que conozca este ramo industrial y le dé un seguimiento puntual.

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